domingo, 3 de mayo de 2015

“Podemos decir que somos los notarios del mundo” (Nota para la facultad)

Paraísos fiscales, lavado de dinero, grandes empresas y bancos multinacionales que utilizan sistemas para mover billones y billones en secreto; constantemente grandes entidades realizan operaciones multimillonarias y lo hacen delante de los ojos de cualquier gobierno u organización internacional.

Esto no es algo moderno, ya que data de los años 60 cuando las distintas petroleras diseñaron sistemas para evadir impuestos y pagar lo mínimo a los países que las proveían de crudo.
Un gran ejemplo de estas empresas controladoras de las finanzas mundiales es Clearstream, con sucursales y clientes en todo el mundo y conexión permanente con todos los bancos y empresas del planeta, las cuales maneja como títeres. “Podemos decir que somos los notarios del mundo”, la define André Lussi, ex director de la firma. 

Es una clasificadora de finanzas, que mantiene en secreto un registro de casi todas las transacciones legales, fraudulentas o criminales en el planeta de los últimos 20 años.
Forma parte de la empresa del mercado de valores alemán Deutsche Börse Group y oficialmente es la proveedora de servicios de liquidación y custodia, ofrece servicios completos para bonos a nivel nacional e internacional, renta variable y fondos de inversión. Gozan de su servicio 2500 clientes en más de 100 países y lidera el mercado internacional de renta fija, con activos de 10 billones de euros bajo su custodia.
Foto de Google

Con sede en Luxemburgo y oficinas en Dubai, Hong Kong, Londres, NY, Singapur y Tokio, su funcionamiento comenzó a ser denunciado en los últimos años por autoridades políticas y judiciales gracias a la investigación periodística de Denis Robert. Ante la presión, se despidió a toda la dirección de Clearstream pero los secretos de su firma fueron protegidos inmediatamente.

Robert es un periodista y escritor francés que trabajó durante 12 años en el diario “Libération”, el cual abandonó para dedicarse exclusivamente a la investigación. Así fue como empezó a navegar en las aguas de la corrupción bancaria, llegando a involucrarse en el tema y hasta verse perjudicado profesional y personalmente.

Escribió varios libros y gracias a él se comenzó a investigar a la firma, lo que hoy conocemos como “caso Clearstream”. Varios jueces europeos participaron de la apelación donde se estudió el caso y lo llamaron “la caja negra de la mundialización financiera”, donde estarían registrados bajo llave, como en los aviones, la historia financiera de las últimas décadas.

Al avanzar con la investigación, el periodista recibió amenazas y hasta fue tomado como chivo expiatorio. Ante la confusión de los documentos que registraban la acción de la Clearstream, y al haberse demostrado que estos fueron manipulados, los culpables aprovecharon para cargar contra Robert.

Foto de Google


Con su primera publicación, destapó los caminos del dinero negro que circula en el sistema bancario a través de un paraíso fiscal, Luxemburgo, y la empresa protagonista. Sus dos primeros libros (Revelation$ y La Bête Noire) significaron para el escritor varios juicios. Con el tercero su situación empeoró, ya que en él comprobaba que el caso, que implicaba a personalidades francesas como Nicolas Sarkozy, había sido manipulado.

Con la intención de una fuente anónima de arruinar su carrera política antes de ganar las elecciones presidenciales de 2007, Sarkozy y otros personajes políticos aparecieron en listas falsas como titulares de cuentas abiertas en la empresa en cuestión y alimentadas con dinero de comisiones ocultas.

Robert, al tener una versión del documento con fecha anterior a la manipulación del mismo, se vio completamente involucrado en el problema político, financiero e internacional.

En resumen, su enfrentamiento con la empresa le valió 32 procedimientos judiciales, condenas por difamación, registros, intentos de embargo, reclamación por el Tribunal de Luxemburgo de 100 mil autor por la publicación de un libro y la acusación de la fiscalía de París por sustracción de documentos bancarios, mientras que la causa Clearstream no llegó más allá de las etapas circunstanciales.

Los libros de Denis Robert son inéditos en los Estados Unidos, y a nivel mundial ya no pueden ser adquiridos en internet. Su blog personal es vigilado y atacado constantemente con programas espías y códigos maliciosos.


Mientras un gran y valiente periodista que sin el apoyo de nadie decide en su último post sobre el tema rendirse y callarse, estas entidades financieras siguen organizándose y expandiéndose a lo largo y a lo ancho del planeta, gozando de la posibilidad de lavar dinero robado hasta del FMI (Fondo Monetario Internacional), con más periodistas que denuncian y más buitres que callan y censuran, y sin ningún tipo de acción por parte de los Estados o de los organismos mundiales.

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