Paraísos fiscales, lavado de
dinero, grandes empresas y bancos multinacionales que utilizan sistemas para
mover billones y billones en secreto; constantemente grandes entidades realizan
operaciones multimillonarias y lo hacen delante de los ojos de cualquier
gobierno u organización internacional.
Esto no es algo moderno, ya que
data de los años 60 cuando las distintas petroleras diseñaron sistemas para evadir
impuestos y pagar lo mínimo a los países que las proveían de crudo.
Un gran ejemplo de estas
empresas controladoras de las finanzas mundiales es Clearstream, con sucursales
y clientes en todo el mundo y conexión permanente con todos los bancos y empresas
del planeta, las cuales maneja como títeres. “Podemos decir que somos los
notarios del mundo”, la define André Lussi, ex director de la firma.
Es una clasificadora de
finanzas, que mantiene en secreto un registro de casi todas las transacciones
legales, fraudulentas o criminales en el planeta de los últimos 20 años.
Forma parte de la empresa del
mercado de valores alemán Deutsche Börse Group y oficialmente es la proveedora
de servicios de liquidación y custodia, ofrece servicios completos para bonos a
nivel nacional e internacional, renta variable y fondos de inversión. Gozan de
su servicio 2500 clientes en más de 100 países y lidera el mercado
internacional de renta fija, con activos de 10 billones de euros bajo su
custodia.
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Con sede en Luxemburgo y oficinas
en Dubai, Hong Kong, Londres, NY, Singapur y Tokio, su funcionamiento comenzó a
ser denunciado en los últimos años por autoridades políticas y judiciales
gracias a la investigación periodística de Denis Robert. Ante la presión, se
despidió a toda la dirección de Clearstream pero los secretos de su firma
fueron protegidos inmediatamente.
Robert es un periodista y
escritor francés que trabajó durante 12 años en el diario “Libération”, el cual
abandonó para dedicarse exclusivamente a la investigación. Así fue como empezó
a navegar en las aguas de la corrupción bancaria, llegando a involucrarse en el
tema y hasta verse perjudicado profesional y personalmente.
Escribió varios libros y gracias
a él se comenzó a investigar a la firma, lo que hoy conocemos como “caso
Clearstream”. Varios jueces europeos participaron de la apelación donde se
estudió el caso y lo llamaron “la caja negra de la mundialización financiera”,
donde estarían registrados bajo llave, como en los aviones, la historia
financiera de las últimas décadas.
Al avanzar con la
investigación, el periodista recibió amenazas y hasta fue tomado como chivo
expiatorio. Ante la confusión de los documentos que registraban la acción de la
Clearstream, y al haberse demostrado que estos fueron manipulados, los
culpables aprovecharon para cargar contra Robert.
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Con su primera publicación,
destapó los caminos del dinero negro que circula en el sistema bancario a
través de un paraíso fiscal, Luxemburgo, y la empresa protagonista. Sus dos
primeros libros (Revelation$ y La Bête Noire) significaron para el escritor
varios juicios. Con el tercero su situación empeoró, ya que en él comprobaba
que el caso, que implicaba a personalidades francesas como Nicolas Sarkozy,
había sido manipulado.
Con la intención de una fuente anónima
de arruinar su carrera política antes de ganar las elecciones presidenciales de
2007, Sarkozy y otros personajes políticos aparecieron en listas falsas como
titulares de cuentas abiertas en la empresa en cuestión y alimentadas con
dinero de comisiones ocultas.
Robert, al tener una versión
del documento con fecha anterior a la manipulación del mismo, se vio
completamente involucrado en el problema político, financiero e internacional.
En resumen, su enfrentamiento
con la empresa le valió 32 procedimientos judiciales, condenas por difamación,
registros, intentos de embargo, reclamación por el Tribunal de Luxemburgo de
100 mil autor por la publicación de un libro y la acusación de la fiscalía de
París por sustracción de documentos bancarios, mientras que la causa Clearstream
no llegó más allá de las etapas circunstanciales.
Los libros de Denis Robert son
inéditos en los Estados Unidos, y a nivel mundial ya no pueden ser adquiridos
en internet. Su blog personal es vigilado y atacado constantemente con
programas espías y códigos maliciosos.
Mientras un gran y valiente
periodista que sin el apoyo de nadie decide en su último post sobre el tema
rendirse y callarse, estas entidades financieras siguen organizándose y
expandiéndose a lo largo y a lo ancho del planeta, gozando de la posibilidad de
lavar dinero robado hasta del FMI (Fondo Monetario Internacional), con más
periodistas que denuncian y más buitres que callan y censuran, y sin ningún
tipo de acción por parte de los Estados o de los organismos mundiales.
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