miércoles, 9 de septiembre de 2015

Claudio Santa María: "La tuberculosis es una enfermedad de la pobreza y la desnutrición"

(Para Corriendo La Voz)
Foto de Google
La tuberculosis es una enfermedad contagiosa que puede llegar a ser muy grave. Ataca principalmente a los pulmones, pero puede llegar a afectar otras partes del cuerpo. La bacteria se contagia por aire y recibe el nombre de “bacilo de Koch”.
Los síntomas son tos, fiebre, sudoración, cansancio, pérdida de peso, falta de apetito. Se trata detectándola inmediatamente y realizando un tratamiento durante el tiempo determinado por el médico.

Ambos el diagnostico y el tratamiento de la tuberculosis son gratuitos en todos los centros de salud y hospitales del país.

Una pediatría del Hospital General de Agudos “J. A. Penna” (Parque Patricios) observó en el último tiempo que los casos de tuberculosis son cada vez más. “La mayor cantidad de gente que se atiende en el Penna  tiene sus necesidades básicas insatisfechas. Hay muchos asentamientos, viviendas precarias, talleres clandestinos, casas y fábricas tomadas”. Todos estos elementos colaboran al incremento de esta enfermedad.

La persona que no realiza un tratamiento puede contagiar a otras estando en contacto diariamente. “Se puede estar en contacto con la bacteria y no enfermarse, el problema es cuando el que está en contacto sufre desnutrición, trabaja 25 horas al día en un taller clandestino y a cama caliente, o cuando viven en pésimas condiciones.” Esa, justamente, es la persona que contrae la tuberculosis, la que se expone a esos factores.

“El hecho de darle vivienda a la gente, que sería lo ideal, excede a la medicina, pero desde el Estado y las instituciones la promoción y prevención es básica”, asegura la Dra. De esta manera las personas sabrían que deberían airear los ambientes, no sólo de sus viviendas, también en sus trabajos y en las escuelas. “Las malas condiciones habitacionales y la desnutrición favorecen a la tuberculosis, pero también a muchas otras enfermedades”.

Es importante el diagnóstico y el tratamiento, ella asegura que los tratamientos son supervisados, de manera que las personas que deben llevarlo a cabo son acompañadas por profesionales, desde médicos hasta asistentes sociales, para acabar en tiempo y forma con el tratamiento indicado por los doctores.

Claudio Santa María, médico clínico, es actualmente el Rector del Instituto Superior de Ciencias de la Salud y afirma que hay un ascenso de la tuberculosis en general y se da por tres distintos factores. “La tuberculosis es una enfermedad de la pobreza y la desnutrición”, expresa, lo cual se da tanto en Capital y en la Provincia de Buenos Aires como en todo el país, es por eso que los casos están aumentando.

En segundo lugar, Claudio manifiesta que son muchos los padres que no quieren vacunar a sus hijos. “Si bien es obligatorio al nacer, a veces esto no se lleva a cabo”. Los recién nacidos que pesen menos de 2 kg no puede ser vacunados, lo que refleja la falta de vacunación por problemas de nutrición.

Por último, hace algunos días, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó una alerta por la falta de vacunación debido a los miedos de los padres por los efectos secundarios de las vacunas. En nuestro país, las vacunas llegan a 9 de cada 10 chicos. Pero hay muchas familias orientadas a medicinas alternativas que prefieren no “pinchar” a sus hijos.
Hay muchos puntos del país en los que hay creencias y disciplinas como ésta que generan que haya chicos sin vacunar.

En nuestro país, más de 100 personas por año que sufren tuberculosis no responden al tratamiento de los antibióticos. Varias de ellas sufren una cepa llamada “M”. Recibe ese nombre ya que fue descubierta en el Hospital Muñiz de Capital Federal. Estos casos resisten al tratamiento. Una persona que sufre la cepa común puede curarse en 6 meses, mientras que con la cepa M el tratamiento es de dos años y no se asegura que se curen.

“Desde el gobierno hace falta concientización y promoción.”, asegura la pediatra del Hospital Penna. Muchas personas creen que esta enfermedad ya no existe, cuando en realidad es cada vez más frecuente, no sólo en Capital, sino en todo el país.

Cuanto peor sean las condiciones en las que vive una persona, más expuesta se encuentra a adquirir tuberculosis. Se requiere una buena nutrición, higiene en la vivienda, en el trabajo y en la escuela, para todas y cada una de las personas. “En la medida en que mejoren las condiciones de vida y de higiene de las personas, los casos van a disminuir. Si baja la tuberculosis es porque aumenta la calidad de vida de la población.”, concluyó la Doctora.

Son cada vez más las personas que viven y trabajan en pésimas condiciones. El hacinamiento, la desnutrición, la “cama caliente”, los talleres clandestinos, la pobreza, todo colabora para que la tuberculosis ataque y se propague.

Sería difícil ofrecer una vivienda digna y satisfacer las necesidades básicas de todas las personas que lo necesitan, pero es el Estado el que, además de ofrecer el tratamiento supervisado (algo que se hace al pie de la letra y de manera correcta), debería llegar a aquellas familias y personas marginadas que viven de esta manera.

Durante la realización de esta nota, falleció Oscar, un nene QOM de 14 años que murió en Chaco pesando 11 kilos. Además de desnutrición, Oscar tenía tuberculosis.

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